Luego de 7 meses de estar atravesando esta experiencia de vivir en otro país, y en uno tan alejado al nuestro como es Rumania, puedo decir y compartirles que esta vivencia es para mí en sí MOVIMIENTO; intenso y alucinante crecimiento. Cada día es un despertar de algo nuevo. Una palabra, una ‘costumbre’,una danza, una tradición, una comida, y más y más variedad de ‘cosas’, que a veces sin querer y otras veces queriendo, me encuentro compartiendo y aprendiendo desde y sobre las tantas culturas distintas que me rodean – en mi proyecto, en mi ciudad, viajando o en mi hogar –y que ahora llenan de enriquecimiento y nuevas incertidumbres a dilucidar, mi pasaje para toda la vida.
A su vez – y diria yo lo más importante – me hallo conociendo, reconociendo, revisando, transformando y manifestando montones deactitudes, pensamientos, emociones, hábitos y situaciones.
La distancia de lo que me era cotidiano, de mis grandes afectos, de lo conocido, de mi lengua que antes era compartida, y de tantas otras cosas que tenia naturalizadas, me han hecho – y aún continúo en proceso – valorar en detalle mi ser, mi historia y mi perspectiva de vida, y por sobre todo, me han llevado a empezar a elegir cómo quiero sentir/me y vivir/me; se ha abierto ante mí un abanico de posibilidades y cualidades que quizás antes desconocía o estaban escondides, tanto afuera como en mi ser Carolina.
Agradezco lo que estoy viviendo e invito a todos los que sientan ganas de indagar sobre sí mismos y sobre tantos otros más, a la distancia de su ciudad, a que viajen y se sumen a esta experencia, que si bien, como todo en la vida, se atraviesa con altibajos, nos deja una huella que nos hace abundantes, que multiplica y que nos expande.
Carolina Díaz Kelly
desde Râmnicu Vâlcea, Rumania.
OTRAS NOVEDADES