CARRITO
NO HAY PROYECTOS EN EL CARRITO.
TOTAL:
$0

Experiencia de un voluntario italiano en Rosario

03 de Septiembre de 2014

Marco Meloni es un joven profesional de la CIencia Polìtica que visitò Rosario y, por siete meses, colaborò con nuestra ONG en el marco de un proyecto europeo en el que intervino Agenda 21 como entidad anfitriona y su par italiana TDM 2000 como entidad de envio. Durante su estadìa, Marco tuvo oportunidad de trabajar para diversas entidades y proyectos pùblicos y privados, como el Banco de Alimentos Rosario (BAR), la Municipalidad de Rosario y la ONG Techo.

A poco de habernos despedido de Marco, nos envìa una nota - cuya redacciòn hemos respetado - para contarnos sobre su experiencia en nuestra ciudad de la mano de nuestra ONG:

Nunca se deberia pedir a un enamorado que hable del objeto de su amor: es poco objetivo, desvaría y y se pierde entre las palabras. Esto me pasa si me preguntan de escribir sobre Argentina y lo que hago aquí.

Esta es la razón por la que dejé de escribir artículos y cuentos despues de algunos meses.

Los amores se viven más que se describen, y yo en estos meses viví y vivo Agentina hasta la última gota.

Lo que me convence a escribir ahora, no obstante esta límitacion, es la conciencia de que una experiencia compartida es una experiencia que se multiplica, es la esperanza que motivará a alguien más a lanzarse en aventuras similares.

Viví siete meses como si fueran años, corrí y corrí más, hasta descansar frente a paisajes impresionantes.

Conocí a gente estupenda, agregué hermanos a mi familia, me atrapé entre los abrazos de amigos bellissimos, y mientras tuve también la prueba de que los idiotas se distribuyen por todo el mundo con gran imparcialidad.

Participé en mil reuniones, hablé con gestos y palabras, mezclé idiomas con el fin de comunicar sin darme por vencido, he escuchado y me han escuchado, he aprendido y enseñado, defendí algunas ideas con fuerza y cambié otras.

Interrumpí las palabras para dar una mano, trabajando y costruyendo, agarré palas, cavé con las manos, limpié miles de latas de comida, planté árboles, llevé cajas de frutas y verduras y cociné para los compañeros.

Me sentí tan débil que no podía levantar los brazos, tuve la confirmación de que como abañil moriría de hambre, pero me sentí útil como nunca.

Me ensucié con tierra, barro, polvo, cola y colores, y me sentí limpio por dentro.

Caminé por las hermosas calles del centro de Buenos Aires y en los asientamentos de Rosario, salí mojado de las Cataratas del Iguazú y traspiré en el medio de las piedras gigantes de La Rioja y San Juan, crucé las fronteras de seis países de América Latina y volví a Argentina como se vuelve a su propia casa.

Me conmoví frente a Macchu Picchu como si fuera un abuelo adoptivo, entiendí que en la primera mitad de los 900 los barcos han traído aquí parte de la mejor Italia, los de trabajo y sacrificio, los que supieron levantarse del suelo.

Encontré en el rio mi mar, le hablé de los pensamientos, temores y esperanzas.

Me llamaron “tano”, “gringuito”, “negro” y “che”, me acostumbré a muchas cosas y resistí otras, como no renuncié nunca a pedir un café “corto, ristretto, italiano, pequeño por favor”, aunque con pocos resultados.

Comí en los mejores restaurantes y desfruté de los mejores choripánes de barrio, escuché historias de vidas muy distintas, me sentí afortunado, me enteré de que a veces no habia entendido nada, me sentí grande, me sentí pequeño, rico y pobre, fuerte y débil, me puse a prueba todos los días. Gané y perdí, no siempre fue fácil, pero siempre me he sentido vivo.

Podía y debía contar de la lucha de TECHO por un mundo sin pobreza, de su revolución diaria; del gran trabajo del Banco de Alimentos de Rosario que permite a 140 comedores comunitarios alimentar niños, madres y padres en estado de necesidad; la fuerza de un pequeño sector de la administración municipal del Rosario que se ocupa de la sostenibilidad y lleva a cabo proyectos importantes, con poco dinero pero mucho corazón.

Traté de hacerlo a través de mis sentimientos y experiencias, traté de hacer lo más que puedo ahora. Pero los advertí: soy como todos los enamorados que hablan del objeto de su amor.

Marco Meloni

COMPARTIR EN:
ENVIANOS UN WHATSAPP